lunes, 27 de junio de 2016

Ya estamos más cerca



 
 
 
Es sin duda una noche triste y de altos sentimientos de frustración. No porque sociológicamente los resultados electorales no sean consistentes, ni porque el pálpito que uno tiene de la calle sea muy diferente al resultado de las votaciones. Sino porque 'el corazón es un niño que espera lo que desea'. Por mucho que la realidad nos susurrara que al menos en esta ocasión el cambio de rumbo profundo en nuestro país debía esperar, un poco más, los que nos hemos criado, sufrido, alegrado y forjado en mil luchas por un mundo mejor, ya nos es imposible contener lo incontenible, que es la ilusión, ante un posible cambio a mejor, como parecía que podía ocurrir en estas elecciones.

Pero, las cosas ya han cambiado. Menos de lo que me gustaría, pero ya han cambiado. Mi despertar político fue en un país con mayoría absoluta de un partido presidido por un tal Jose Mª Aznar, que nos metió en una guerra, que defendía sin pestañear las nucleares, que hacía lo que podía para acallar voces críticas, que quería desangrar el Ebro, y que sobre todo después aprendí que la ley que parieron que más desastres para el bien común nos trajo, fue una de las más silenciosas de todas: la ley del suelo.

Hoy en mi país siguen legislando frecuentemente contra el bien común. Pero en frente ya no hay solo tibieza, ni mero recambio, solo maquillaje. En frente están las mareas, la PAH, primero Equo, luego Podemos, luego Unidos Podemos, miles de asociaciones y colectivos, nacionales o locales, que luchan y se dejan la piel día a día, por mantener alta la dignidad y sobre todo la idea, el sueño, de que un mundo más justo, solidario, igualitario, feminista, responsable, sostenible, verde, animalista, ecologista... es posible. Un mundo, un país, en el que todos y todas, incluidos el resto de especies, podamos vivir mejor.

La vida está, creo yo, para sentirla en todos sus extremos. También la frustración, la tristeza y la derrota.
Pero solo un momento, solo los instantes justos y necesarios, porque aún hay mucho que ganar, el mundo mejor por el que tanto hemos peleado, nosotras y nuestros antepasados, aún está ahí, intacto, esperando a ser conquistado por nosotros/as.

Y no está más lejos. Hoy está más cerca que ayer. Lloremos hoy, maldigamos, caigamos hoy. Mañana de nuevo en pie, hay mucho camino por delante, una vida buena que conquistar. Ya estamos más cerca.