domingo, 15 de enero de 2012

Colisión nuclear a velocidad de crucero

Ayer por la tarde atrapó mi curiosidad, mi atención, el accidente en la costa de la pequeña isla de itialiana de Giglio, del crucero Costa Concordia.

Ya desde bien pequeño el hundimiento del mítico Titanic me fascinó, y devoré ávido una enorme cantidad de historias y detalles del naufragio, bastante antes incluso del film de James Cameron.

Seguramente porque representaba como ningún otro suceso que yo hubiera conocido hasta entonces, la ruptura, el resquebrajamiento entre el frágil equilibrio entre el hombre y la Tierra.

Por otro lado, recientemente asistí a la formación sobre energía nuclear que impartía la Plataforma Tanquem Cofrents, en la que argumentaban basándose en la teoría del caos, que la propia complejidad del despliegue tecnológico, del despliegue de recursos humanos de una central nuclear, constituyen en sí mismas un motivo para un posible accidente atómico y por lo tanto un motivo para pedir el cierre de estas instalaciones comerciales. Dicen que con un número tan elevado de variables a controlar y estando tan presente el elemento humano, las personas, por más que los sistemas de seguridad estén multiplicados, la concatenación de errores humanos y fallos tecnológicos es posible, y ocurre con mucha más frecuencia de lo que nos pensamos. La historia se empeña tozudamente en recordárnoslo.

El caso es que tras conocer el desenlace del Costa Concordia, me vino a la mente la lógica expuesta en esta charla y se estableció en mi mente una conexión entre los dos colosos, entre los dos complejos tecnológicos y auténticas proezas del 'ingenio' humanos: Una conexión entre la colosal central nuclear de Cofrentes y entre el coloso crucero de 292 metros de eslora de la italiana Costa Cruceros.

Algunos datos para ilustra la dimensión de estos gigantes:
  • CENTRAL NUCLEAR DE COFRENTES
  • Ubicación Cofrentes (Valencia)
  • Propiedad: Iberdrola 100%
  • Tipo: BWR (reactor de agua en ebullición), diseño General Electric (EE.UU.)
  • Potencia térmica (MWt): 3.237
  • Potencia eléctrica (MWe): 1.096
  • Refrigeración: circuito cerrado: torres de refrigeración
  • Vertido de efluentes líquidos radiactivos: al río Júcar
  • Autorización construcción: 09/09/1975
  • Autorización puesta en marcha:n 23/07/1984
  • Permiso de Explotación Provisional: 20/03/2011, valido por 10 años
  • Residuos radiactivos alta actividad (combustible gastado): en piscina en la propia central
  • Año de saturación de la piscina de combustible gastado: 2021
  • Ocupa 300 Ha
  • Utiliza uranio enriquecido para generar calor
Y ahora volvamos al gigante de acero con las tripas rajadas, varado, atrapado con sus 4229 personas en una islita de no más de 100 habitantes en invierno.
Algunos datos de este nuevo Titanic:
  • En servicio desde 2006
  • Construido en Italia a un coste de 450 millones de euros
  • Capacidad para 3.780 pasajeros
  • 1.500 camarotes, cinco restaurantes y 13 bares
  • 114.500 toneladas, 292 metros de largo por 35,5 metros de ancho
  • Cuatro piscinas, spa con gimnasio, sauna, baño turco y solario, sala de cine, casino, teatro y discoteca
Como con el Titanic, se hubiera podido afirmar que el final de este coloso italiano llegaría únicamente al final de muchos años surcando los mares, con sus materiales envejecidos, su tecnología obsoleta y con un último destino marcado en su bitácora: el desguace.
Aparentemente nada nos hubiera podido hacer sospechar el prematuro final de esta grandiosa obra tecnológica, de este monumento de la ingeniería naval.

Por otra parte tampoco nadie (menos los 'hippies' de siempre) sospecharon nada de Chernóbil, Fukushima, Vandellós I, Tree Miles Island...

Cuando sucedieron todas estas tragedias, tanto las marinas como los nucleares, la historia nos desvela que además de evitables, incontables detalles demuestran como los desastres se vieron terriblemente agravados por la cicatería, por la avaricía de las diferentes empresas propietarias. Veamos:
  • La White Star Line, propietaria del Titanic, a pesar de que a bordo del barco viajaban 2.227 personas, sólo había dispuesto botes salvavidas para 1.178 personas, y aún así sólo se salvaron 705 personas.
  • En el caso de del Costa Concordia de la empresa italiana Costa Cruceros, que ya contabiliza 5 víctimas y 17 desaparecid@s; entre otras muchas cosas, tras el impacto, se dijo a los pasajeros que no se preocuparan, que los problemas se debían a una incidencia eléctrica e incluso en algunos casos se les pidió que volvieran a los camarotes. Camarotes que en algunos casos, horas más tarde estarían sumergidas bajo las gélidas aguas invernales del Mediterráneo.

Con la central nuclear de Cofrentes, sí pueden rastrearse en la red y en frecuentes protestas públicas, una fuerte oposición a este nuevo coloso tecnológico. Sin embargo y desgraciadamente, de momento no han sido lo suficientemente numerosas para lograr el cierre de esta vieja central atómica, que le hace ganar a Iberdrola, su empresa propietaria, de medio millón a millón y medio de euros diarios. 

Si unimos todos los argumentos expuestos, la catástrofe en una central nuclear como la de Cofrentes parece inevitable. La pregunta entonces no es si ocurrirá o no, sino cuando. ¿Qué llegará antes, un accidente debido a la complejidad de operación de esta vieja central atómica o su fecha de cierre?

¿Qué podemos hacer?

¿Es necesario que nuestras vacaciones soñadas sean en un crucero de este tipo?

Por supuesto que no. Además de la posibilidad real de un accidente como el de hace unas horas, el impacto ambiental de un gigante como el Costa Concordia es muy alto. Pensemos por ejemplo en los materiales necesarios para construir esta mole con 23m más de eslora que el Titanic y en el combustible necesario para mover sus casi 115.000 toneladas.
En cuanto al impacto social, podemos leer en la ya gran cantidad de artículos sobre el siniestro, que a pesar de ser una compañía italiana, la mayor parte de la tripulación y el personal de servicio del barco, eran trabajadores y trabajadoras 'barat@s', es decir mano de obra inmigrante, paquistaníes y tunecinos sobre todo.
En mi opinión cabe preguntarnos si conocemos a fondo los maravillosos rincones que tenemos a pocos kilómetros de nuestra residencia . El impacto del transporte, en cuanto a emisiones de CO2, infraestructuras y materiales necesarios para la construcción de vehículos que me lleven hasta esos rincones locales, sin duda es mucho menor. El impacto social también es mucho más positivo y a medio plazo seguramente pueda ver un retorno de esa inversión. Es decir, si yo me gasto mi dinero en los alojamientos, bares, restaurantes, museos, empresas de educación ambiental... locales, de mi entorno cercano, estoy posibilitando con ese gasto que esa gente pueda vivir tranquilamente en el entorno rural que probablemente les ha visto nacer, y del que muchas veces han de escapar con gran tristeza pero acuciados por las nulas perspectivas de futuro. Además con esa apuesta por el turismo de proximidad, por el turismo local, estoy potenciando un estilo de vida mucho más sano, de mucha mayor calidad, que el estilo de vida urbano.
Hay que sumarle, como decía, que ese dinero invertido a medio plazo puede llegar a retornarme, por un lado porque a mayor disponibilidad de dinero en el bolsillo de mi vecino es posible que acabe gastándoselo en el producto o servicio que yo venda, o bien al aumentar las recaudaciones impositivas, con una correcta gestión del sector público, podré ver mejorados y ampliados los servicios públicos de mi comunidad.

¿Es necesario que tenga que seguir pagando el funcionamiento de una peligrosa central atómica con mi dinero?

Por supuesto que no. Hoy puedo elegir en España la empresa que me suministra la electricidad, y tenemos la feliz y responsable posibilidad de contratar nuestro suministro eléctrico con dos empresas que te garantizan una producción 100% renovable, o lo que es lo mismo una producción 0% nuclear. Es muy fácil hacer el cambio, solo una llamada y un mail,  y además la factura de la luz te va a costar lo mismo que te está costando ahora con Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa...
Las empresas que ahora mismo ofrecen esta posibilidad en España son Gesternova y la cooperativa Som Energia.

Mi curiosidad infantil por el Titanic, elevándolo a la categoría de mito, seguramente encerraba la pregunta de si aquel desastre representaba la fatalidad determinista a la que está condenada nuestra especie por egoísta e irresponsable.

Hoy creo que no, hoy veo sendas, caminos, experiencias, gente que ya está viviendo de una forma más responsable consigo misma, con la colectividad y con el Planeta. Hoy creo que podemos cambiar.

2 comentarios:

  1. Hola Marcos,

    Interesante reflexión la que propones. En todos los sistemas existe el espacio para que se dé la posibilidad del fallo, del accidente, y tanto un supercrucero como una central nuclear, o el higado de un famoso tenista como sistemas, estan expuestos y vulnerables. Está claro que con un buen mantenimiento reduces las posibilidades de fallo, pero ¿y el accidente?.

    Supongo que el cierre de la industria nuclear en Europa vendrá determiado, o bien por un accidente, lo más probable, o bien por que el lobby nuclear baje su nivel de operatividad en los gobiernos, el europeo incluido, y entre las grandes corporaciones transnacionales. Puede que un día sus representantes de turno no sean tan hábiles, o se la jueguen a alguien con más amigos, que se yo, las clásicas intrigas de palacio a veces determinan futuro globales.

    Sería bonito pensar que este deseado cierre sobreviniera por la acción de la masa humana, cambiando de hábitos y formas de usar el planeta. Pero como los dos sabemos, de momento este camino se presenta estrecho y cuesta arriba, aunque todavía abierto y mantenido por obstinados humanos con esperanza en un futuro tranquilo, sano y sostenible.

    Una vez leí los comentarios de un ingeniero acerca de la criatura literaria y cinematográfica Gotzilla. Hacía un analisis técnico y científico del "monstruo" y llegaba a la conclusión que ese ser con ese diseño y ese tamaño no era viable. No era posible técnicamente su sustentación estructural con ese tamaño y ese diseño. Según una teoría de ingenieria, todos los diseños de la naturaleza tienen un rango de tamaños mínimos y máximos entre los que su estructura, su forma es estable. Si lo haces un poco más grande que su máximo se desmorona, y si lo haces un poco más pequeño que su mínimo, puede por ejemplo no soportar la presión ambiental. Un barco muy pequeño puede dejar de flotar y ser absorvido por la masa de agua. Un barco muy, muy grande, puede...a saber.

    Tal y como comentas, los imponderables sometidos a la acción de la teoría del caos, en unos sistemas tan complejos como las centrales nucleares o los centros comerciales, nos deverían mantener alerta y hacernos cuestionar cada día la autentica viabilidad social, humana tecnológica, y si me apuras, econónica de estos gigantes. Estoy de acuerdo contigo en que necesitamos dejar de vivir sometidos a acciones humanas tan poco previsibles, tan sucias y tan inseguras, y que debemos seguir hablando o escribiendo a los demás acerca de las otras posibilidades, de las otras opciones que nos ayudarán a establecer una senda de futuro por la que caminen la solidaridad, la empatía, la consciencia del todo, la tranquilidad, la sosteniblidad y la paz.

    Sigue reflexionando, sigue escribiendo, y haznoslo llegar.

    Rafa

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  2. Muchas gracias por tu comentario Rafa, un honor para este blog.
    Para ser justos, el run run de la idea de que la complejidad de las nucleares era un problema en sí mismos me la diste tú en aquel mail.
    Me saltó la chispa de que también un 'accidente' como este del Costa Concordia podría entrar dentro de esta idea de la complejidad como límite, al leer en uno de los comentarios de la noticia como un usuario habitual de estos viajes afirmaba que el prefería siempre viajar en barcos que no llevaran más de 1500 pasajer@s, porque era una cifra más sencilla de manejar en caso de accidente.
    Yo aún así como explico en el post, entiendo que hay opciones más sensatas de vacaciones, pero en todo caso sí me hizo recordar aquella conversación por mail que tuvimos, la formación de Tanquem Cofrents y otras muchas cosas.
    Me pregunto que harán ahora con el barco, porque como las fantasmagóricas imágenes del oxidado y naturalizado Titanic a 4km bajo el mar, las de Chernóbil con su sarcófago cada día más agrietado, o las decenas de esqueletos de cemento dejados por la burbuja inmobiliaria en nuestra geografía, este navío recostado en Giglio, creo que es todo un monumento al despropósito y a esa falta de equilibrio entre el hombre y la Tierra que comentaba.

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